Blog de la Defunción: noviembre 2014

viernes, 21 de noviembre de 2014

martes, 11 de noviembre de 2014

Cementerio de Vitoria.

Iluminación

Un buen amigo mío no ha podido resistir la tentación de mandarme estas fotos para el blog.

Conoce mis gustos y, por ende, mi gran afición a los cementerios. Lugares que me aportan lo único que la vida no puede ofrecerme, o si, por que me supongo viva y es gracias a ello que tengo esa afición y sensación frente a la muerte con todo lo que le rodea. ¿Morbo? Creo que no, aunque no puedo afirmarlo rotundamente lo cierto es que cada vez encuentro sensaciones que no pueden aplicarse a ninguno de los adjetivos que conocemos en nuestro vocabulario, es como si se nos hubiese olvidado descifrar algo, y ese algo es justamente lo que me hacen sentir los campos santos.

Éste en particular está ubicado en Vitoria, desconozco exactamente las coordenadas pero tiene todas los estímulos necesarios para que sea uno de los cementerios que tanto me gustan.

Si, también discrimino cementerios.

Los modernos cementerios no llaman en absoluto mi interés, ni tan siquiera aquellos en los que dejan las cenizas para ahorrar espacio y robar a la tierra lo que es suyo... ¡Me dan rabia! Reconozco que es necesario, a parte de saluble, pero no deja de robarme imaginación y relajación. Son tan superficiales que me molesta, la muerte es un acto natural y humilde en el cual dejamos atrás este mundo con todo lo que a él le pertenece, no deberíamos ir de "modernos" a la hora de enterrar a los nuestros... Pero es tan sólo un gusto, una elección.

Así que os dejo aquí uno de esos cementerios que tanto gustan por todo lo que significan y las historias que te hacen vibrar la imaginación...